Ricketsiosis
Las rickettsiosis son enfermedades bacterianas que necesitan las células de un organismo para sobrevivir, ya que no sobreviven en el ambiente.
Rickettsia rickettsi causa la enfermedad de las montañas rocosas y afecta principalmente a los perros domésticos. La bacteria afecta a las células que revisten los vasos sanguíneos, destruyéndolos, generando inflamación y hemorragias en los individuos afectados.
La enfermedad es importante para la salud pública ya que puede ser transmitida a los humanos tras la mordedura de la garrapata café del perro.
Signos clínicos
En los individuos afectados, la enfermedad se manifiesta con fiebre de hasta 40.5 °C, anorexia, inflamación de los ganglios linfáticos, artritis, dificultad para respirar, dolor abdominal, vómitos, diarrea, tos y dolor muscular.
Cuando la enfermedad cursa un cuadro grave, se puede afectar el sistema nervioso, ocasionando alteraciones mentales, cambios de comportamiento en los perros, temblores y dificultad para caminar. También se pueden observar los ojos enrojecidos, problemas en la visión, sangrado por la nariz y presencia de sangre en orina y heces.
La fiebre de las montañas rocosas presenta un signo característico, la aparición de pequeñas manchas de coloración rojiza en la piel (conocidos como exantemas maculares).
En términos generales, los signos se deben a la destrucción de las paredes de los vasos sanguíneos y a la inflamación ocasionada por esta destrucción (vasculitis).
Transmisión
La enfermedad se transmite directamente tras la mordedura de la garrapata, o por la manipulación de tejidos y sangre de un animal infectado.
En México la enfermedad es transmitida por la garrapata café del perro (R. sanguineus). También puede ser transmitida por la garrapata americana del perro (Dermacentor variabilis) y por la garrapata de los bosques de las Montañas Rocosas (Dermacentor andersoni), estas garrapatas se encuentran en los Estados Unidos.
Algunos mamíferos pequeños sirven como reservorios de la enfermedad, como las ratas y ratones. Ests animales también son parasitados por garrapatas y pueden diseminar la enfermedad a los perros y a los humanos.
No se ha reportado la transmisión directa de perros a humanos, por lo que las mordeduras de perros no transmiten la enfermedad.
Manejo de la enfermedad
Se debe sospechar de la enfermedad ante la presencia de alguno de los signos clínicos junto con un historial de mordedura de garrapatas, esto tanto en el perro como en el humano. La detección temprana de la enfermedad es vital para evitar que el padecimiento se agrave, se recomienda acudir inmediatamente al médico para recibir tratamiento específico.
Para evitar el riesgo de padecer la enfermedad, se recomienda controlar la población de garrapatas en los perros del hogar, ya que en algunas ocasiones las personas no se percatan que han sido mordidas por una garrapata. Se debe explorar a los perros del hogar en búsqueda de garrapatas y realizar su manejo correspondiente con la ayuda de un médico veterinario.
Debido a que los ratones sirven de reservorio, se pueden encontrar garrapatas con la bacteria lejos de poblaciones humanas. Cuando se viaje a una zona con presencia de garrapatas es necesario utilizar ropa protectora y repelentes de insectos, además de realizarse una inspección minuciosa en búsqueda de garrapatas.